La Guipuzcoana
Autor: Juanjo Olaizola Elordi.
Tapa dura estampada en oro con sobrecubierta. 256 páginas.
Desplazarse desde el valle del Urola hasta Donostia es hoy en día una actividad cotidiana. Muchos lo hacen en los modernos autobuses que bajo la marca Lurraldebus opera para la Diputación de Gipuzkoa una empresa centenaria: La Guipuzcoana.
Desde 1925, los autobuses de La Guipuzcoana han asegurado la movilidad de los vecinos del valle del Urola y sus desplazamientos por trabajo, estudios y ocio a la capital del territorio. Hace un siglo eran solo dos viajes diarios a bordo de traqueteantes autobuses impulsados por primitivos motores de gasolina. Gracias a su creciente aceptación, el servicio se consolidó a lo largo del tiempo, sobre todo, cuando a partir de 1945 se hizo cargo de la empresa la familia Iraeta. Las frecuencias se multiplicaron, los coches se modernizaron e incorporaron los avances tecnológicos de cada época: los motores diésel sustituyeron a los de gasolina, las ventanillas, que debían abrirse para asegurar una mínima ventilación en verano pasaron a ser fijas gracias al aire acondicionado, los modernos ABS tomaron el relevo a los primitivos frenos de tambor, hasta llegar a la actualidad, con la introducción de los primeros vehículos híbridos y servicios cada treinta minutos que poco tienen que ver con el de hace cien años salvo en un aspecto fundamental: atender al cliente y ofrecerle una alternativa de movilidad sostenible y segura.
Transcurridos cien años desde el inicio de esta aventura, La Guipuzcoana os invita a conocer esta dilatada historia a través de las páginas de este libro. Confiamos en que su lectura se convierta en un agradable viaje en el tiempo.
50,00€
Autor: Juanjo Olaizola Elordi.
Tapa dura estampada en oro con sobrecubierta. 256 páginas.
Desplazarse desde el valle del Urola hasta Donostia es hoy en día una actividad cotidiana. Muchos lo hacen en los modernos autobuses que bajo la marca Lurraldebus opera para la Diputación de Gipuzkoa una empresa centenaria: La Guipuzcoana.
Desde 1925, los autobuses de La Guipuzcoana han asegurado la movilidad de los vecinos del valle del Urola y sus desplazamientos por trabajo, estudios y ocio a la capital del territorio. Hace un siglo eran solo dos viajes diarios a bordo de traqueteantes autobuses impulsados por primitivos motores de gasolina. Gracias a su creciente aceptación, el servicio se consolidó a lo largo del tiempo, sobre todo, cuando a partir de 1945 se hizo cargo de la empresa la familia Iraeta. Las frecuencias se multiplicaron, los coches se modernizaron e incorporaron los avances tecnológicos de cada época: los motores diésel sustituyeron a los de gasolina, las ventanillas, que debían abrirse para asegurar una mínima ventilación en verano pasaron a ser fijas gracias al aire acondicionado, los modernos ABS tomaron el relevo a los primitivos frenos de tambor, hasta llegar a la actualidad, con la introducción de los primeros vehículos híbridos y servicios cada treinta minutos que poco tienen que ver con el de hace cien años salvo en un aspecto fundamental: atender al cliente y ofrecerle una alternativa de movilidad sostenible y segura.
Transcurridos cien años desde el inicio de esta aventura, La Guipuzcoana os invita a conocer esta dilatada historia a través de las páginas de este libro. Confiamos en que su lectura se convierta en un agradable viaje en el tiempo.
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